No. 10. Abril de 2011
Un Estado canalla muy santo
Jorge Gantiva Silva
A diferencia de quienes simulan una paz nacional, un nuevo estilo y un nuevo ambiente por parte del gobierno del presidente Santos, hoy el país no parece recuperarse de la horrible noche a la que ha sido sometida por la violencia y la corrupción. Más allá de la maquinación santista, el desangre entre los colombianos continúa; la filtración y el control de las mafias, de la parapolítica y de los carteles de la corrupción convierten a Colombia en un estado canalla que ha socavado profundamente el ya precario Estado social de derecho, y sigue postergando la posibilidad del bienestar y la prosperidad, el respeto de los derechos fundamentales y la dignidad de los colombianos. Al Estado colombiano no le fueron suficientes sus victorias militares; sino que ahora se empeña en completar su estrategia eliminando derechos, conquistas sociales, territorios ancestrales, privatizando el agua, los recursos naturales, la educación pública; acompañada de una nueva ola de violencia contra comunidades, líderes sociales, jueces, periodistas, defensores de derechos humanos, víctimas de los crímenes de estado. Este ambiente santista no deja de sorprender al mundo democrático, pese a la “santurronería angelical” de querer pasar gato por liebre con la simulación de la conciliación y el consenso nacional.
Este mes que acaba de terminar ha sido particularmente tenebroso. El asesinato de la jueza en Saravena, Gloria Gaona, es un crimen que avergüenza a Colombia ...
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