Revista Izquierda

No. 39 noviembre de 2013

Zarpazos de la ultraderecha
Jesús Gualdrón
El ultraderechista Uribe Centro Democrático se presenta como ubicado en una dimensión del espectro político de la que está muy distante. Pretende, así, ocultar su esencia y confundir y manipular a la opinión pública para desviar la atención de las propuestas liberticidas y contrarias al interés nacional que constituyen la naturaleza del programa esbozado por su caudillo, Álvaro Uribe, en la convención de esa agrupación política recientemente realizada.
La denominación del partido, los antecedentes oscuros y las incidencias propias de un cónclave que tanta dudas deja sobre su transparencia patentan una de sus características esenciales: Se trata de una estructura autoritaria, vertical y mediatizada, en la que se impone el culto a la personalidad y la voluntad omnímoda del caudillo –a quien se confieren en la práctica atributos mesiánicos–, que pretende construir sobre la base de un desmedido fanatismo, del servilismo, el sometimiento de sus seguidores y el resultado de las encuestas de opinión un proyecto de país basado en los mismos presupuestos.
Por otra parte, salta a la vista que el pensamiento ...

No. 38 octubre de 2013

A propósito de la Alianza Verdes-Progresistas
Daniel Libreros Caicedo
Es típico en periodos en donde la resistencia de los oprimidos no produce resultados inmediatos, cuando el funcionamiento del capitalismo aparece como inmodificable y no se avizoran en el horizonte transformaciones en el status quo, que el oportunismo y el cinismo ingresen al campo de la llamada izquierda. El neoliberalismo surgió como resultado de la imposición de una correlación internacional de fuerzas a favor del capital y en contra de los trabajadores y los pueblos desde los inicios de la década del ochenta. Desde ese momento hemos presenciado un desfile de personajes y partidos que proclamándose de izquierda han sido fieles ejecutores de las políticas neoliberales. La socialdemocracia europea y el Partido de los Trabajadores del Brasil constituyen ejemplos emblemáticos de esta apuesta política.
En Colombia venimos observando un espectáculo político con propósitos similares. La unificación tan divulgada por los medios de comunicación entre Progresistas y Verdes con propósitos exclusivamente electorales hace parte de un repertorio ya conocido. Aparecer como una tercería consentida por el establecimiento en medio de las contradicciones entre el uribismo y Santos para ganar adeptos a una causa controlada por liderazgos que solamente buscan beneficios personales.

No. 37 septiembre de 2013

A propósito del Paro Nacional Agrario
Daniel Libreros Caicedo
La deplorable situación que actualmente vive el agro colombiano es el resultado de la historia del despojo campesino realizado de manera violenta por latifundistas asociados con el terror de Estado, que terminó por producir el agro con la mayor concentración de la tierra en la región, combinada, actualmente, con la crisis que el control de las grandes empresas transnacionales agrícolas ha abierto en los países dependientes bajo las imposiciones de la globalización neoliberal que en el país ya han llegado a la fase de la destrucción de la producción endógena de alimentos.
Por ello, el paro nacional agrario ha ganado una gran legitimidad en la población rural. En Boyacá y Cundinamarca, en donde reside el campesinado minifundista que produce la mayor cantidad de bienes de la canasta familiar básica de los colombianos, el paro ha impactado en municipios y veredas, incluyendo las ciudades capitales, tal y como lo confirmaron los cacerolazos masivos y solidarios en Tunja y Bogotá y sus poblaciones circunvecinas, caso Fusagasugá, Zipaquirá y Mosquera. Los campesinos del Páramo de Sumapaz bajaron en masa hasta la Localidad de Usme acompañando las movilizaciones nacionales. ...

No. 36 agosto de 2013

Las ambivalencias del Gobierno nacional frente a la ley 160 del 94
Carolina Jiménez M.
Las actuales disputas por la tierra no constituyen un elemento novedoso de la conflictividad en Colombia. Todo lo contrario, éstas han sido un eje importante de la lucha social en el país a través de la historia. En efecto, el tema del acceso a la tierra y su democratización por la vía de una reforma agraria ha ocupado buena parte de la agenda social a lo largo del siglo XX. No obstante, pese a las importantes luchas gestadas desde el movimiento campesino y otros sectores sociales populares, la inequidad en el acceso a la tierra sigue constituyéndose como una de las problemática centrales que se viven en el país, y que incluso bajo las actuales modalidades de organización empresarial del mundo de lo rural tienden a profundizarse.
En efecto, una lectura del comportamiento en la evolución de la estructura de propiedad de la tierra en Colombia de 1984 a 2004 evidencia un aumento en los niveles de concentración de la misma. ...

No. 35 julio de 2013

El Catatumbo o el incalculable valor de la dignidad campesina
Jairo Estrada Álvarez
La resistencia y lucha campesina de El Catatumbo es una prueba más de la validez de una acción política que privilegia la movilización y el despliegue del poder constituyente, en un país en el que el sistema político -tal como manda la maltrecha Constitución de 1991- en lugar de abrirse hacia la mayor democratización, restringe y cierra los espacios de participación social y popular. Resulta cuando menos paradójico que sean los propios campesinos quienes tengan que demandar del Estado el cumplimiento de sus leyes, que para ello deban recurrir a una de las más importantes movilizaciones en defensa de la territorialidad campesina de nuestra historia reciente, y que en ese cometido sean expuestos a las más virulenta y sangrienta represión de las fuerzas militares y de policía, amparadas seguramente en la impunidad del “blanco legítimo” que les ofrece el recién aprobado fuero militar.
El vigor y la dignidad campesina han impuesto el diálogo, sobreponiéndose al dolor que producen los caídos en la lucha y a los mezquinos consejeros gubernamentales que en desvergüenza sin límite osaron llevar su propio “pliego de peticiones” a la convulsionada región. Aún no se sabe en qué terminará el diálogo con un Gobierno mañoso que -en asuntos de contiendas- se caracteriza por menospreciar al contrincante. No la tendrá fácil. En este caso, su contraparte es un movimiento campesino liderado valerosamente por la Asociación Campesina del Catatumbo, Ascamcat, que reúne a decenas de miles de labriegos de ...

No. 34 junio de 2013

El régimen se despoja de su máscara
Jesús Gualdrón
Si alguien todavía abrigaba esperanzas respecto de la política exterior del Gobierno de Santos, los acontecimientos de las últimas semanas se han encargado de borrarlas por completo. En efecto, el ligero distanciamiento que había mostrado en relación con el estilo de su antecesor y antiguo mentor ha revertido en una renovada e inconfundible postura de sumisión a la política de los EE.UU. para América Latina y de reafirmación de las metas estratégicas del modelo neoliberal del bloque de poder.
No se habían apagado todavía los ecos de la visita del vicepresidente estadounidense, Joe Biden, a Colombia, cuando Santos se apresuraba a hacer manifiesta su verdadera postura frente al proceso venezolano. La entrevista con Capriles, cuya actitud conspiradora contra el gobierno legítimo de su país es inocultable, no es una muestra de torpeza política. En absoluto. Es una calculada jugada que pone de manifiesto la decisión de distanciarse de la táctica moderada hasta ahora practicada para dejar muy en claro en qué bando se inscribe el Gobierno colombiano: constituye la contribución de Santos a la desestabilización política de Venezuela. En realidad, no importa cómo se solucione el impase diplomático: hacia el futuro es claro cómo se jugarán las cartas.
Lo mismo es válido en el caso de la postura del Gobierno colombiano

No. 33 mayo de 2013

Más allá del Foro sobre participación política
Jaime Caycedo Turriago
El Foro sobre participación política, organizado por el Centro de Pensamiento de la Universidad Nacional y el PNUD por acuerdo de la Mesa de diálogo que sesiona en La Habana, reafirmó las tendencias ya insinuadas en el primer Foro sobre desarrollo rural: una importante participación de sectores sociales, académicos y políticos influidos por la izquierda y un relativo desinterés de los sectores más afines al establecimiento.
Debe destacarse la asistencia significativa de las fuerzas políticas, con o sin presencia parlamentaria, de los movimientos sociales y políticos y agrupamientos etnosociales. Los partidos liberal y conservador, el partido de la U, Cambio radical, los verdes, integrantes de la coalición de gobierno Unidad nacional, hicieron presencia en notable contraste con el llamado Centro democrático uribista que, como en el caso de Fedegan para el Foro agrario, se negó a participar en el evento. En evidente mayoría las colectividades políticas reconocieron la necesidad de reformas para ampliar los espacios políticos. Partidos minoritarios en el juego parlamentario expresaron sus temores por el umbral del 3%, a regir desde 2014, que amenaza su existencia.

No. 32 abril de 2013

¡A la carga!
Jesús Gualdrón
Ajenos a las auténticas necesidades del pueblo colombiano en materia de paz, democracia con justicia social y de avances reales en los diálogos de La Habana, los personeros del régimen airean ante la opinión sus intrascendentes e inicuas veleidades como si se tratara en verdad de profundas contradicciones, disimulando el propósito real de torpedear los diálogos de paz y sustraerles legitimidad y apoyo. Todo hace parte de los movimientos de apertura de la campaña para las elecciones de 2014, en las que la postura frente a la reelección de Santos se convierte en punto de referencia y alineación. Los jugadores buscan asegurar sus posiciones y despojar al proceso de diálogo de su trascendencia para que entre a hacer parte del inventario de recursos demagógicos de la politiquería.

No. 31 marzo de 2013

Arrecia la rebeldía popular:
Jorge Gantiva Silva
Ruge la protesta social en Colombia contra el modelo neoliberal. Amplios sectores sociales golpeados por las políticas de revaluación del peso, de importaciones de alimentos y la sustitución de la producción agrícola por la gran minería, vienen desplegando una justa y recia lucha en defensa de la dignidad, la vida y los territorios. Miles de campesinos, ciudadanos y pobladores han salido a las calles, carreteras y pueblos para levantar su voz y exigir soluciones integrales ante la grave situación de los caficultores. Las movilizaciones han sido amplias, solidarias y contundentes. Los puntos del pliego son justos: precio remunerativo del café, no a la minería en zonas cafetera, control de precios de los fertilizantes y de los abonos, solución de las deudas y de los embargos con la banca y no a la importación de café. El paro cafetero ha contado con una amplia simpatía nacional.
Entre tanto el gobierno del presidente Santos sigue empecinado ...

No. 30 febrero de 2013

¡Para la guerra y la violencia siempre habrá tiempo suficiente!
Jesús Gualdrón
Los recientes acontecimientos relacionados con el conflicto interno muestran nuevamente cuán equivocado está el gobierno de Santos al insistir en la realización de diálogos de paz en medio de la confrontación y negar la importancia de la iniciativa de las FARC de llegar a un cese bilateral de fuegos. La tregua unilateral de dos meses decidida por esa guerrilla hasta el 20 de enero pasado no sólo fue desconocida por el establecimiento, que efectuó múltiples bombardeos sobre campamentos guerrilleros con elevados saldos de víctimas, sino que ha sido presentada de manera perversa como un intento de engaño por parte de sus auspiciadores. La tregua unilateral, sin embargo, amén de aminorar la intensidad del conflicto, demostró la unidad política y de mando de la organización guerrillera, desmintiendo en la práctica especulaciones sobre posibles fisuras a su interior, y constituyó, además, un indicador del compromiso de esa organización con la búsqueda de una salida política.
El gobierno de Santos, por su parte, demuestra en este sentido una gran inconsistencia, manifiesta en las declaraciones recientes del señor De la Calle, jefe de su comisión negociadora. Si el Gobierno insiste en continuar y profundizar el enfrentamiento bélico, no puede menos que aceptar que éste produzca víctimas. Pero, además, no puede utilizar la mesa de negociaciones como un instrumento para demostrar “fortaleza y decisión” en vista del innegable fracaso gubernamental en la gestión de asuntos sociales trascendentales para los colombianos y la profundización de los conflictos del bloque de poder dominante, aspectos que ponen en peligro la anunciada reelección del presidente Santos, que se consideraba indiscutible.