No 18, primer semestre de 2013


Ocho tesis sobre el neoliberalismo (1973-2013) José Francisco Puello-socarrás; La producción campesina del territorio. Zonas de Reserva CampesinaJairo Estrada Álvarez; Zonas de reserva campesina: un campo de lucha Ana Milena Gómez Márquez; La Seguridad Democrática: ¿Un caso de Populismo de Derecha? Luis Humberto Hernández; Notas críticas sobre "América Latina en la geopolítica del imperialismo" de Atilio Borón Emiliano Teran Mantovani; Los logros y retos en Venezuela: Reflexiones más allá del "chavismo sin Chávez" Silvina María Romano, Et Al.; El conflicto en Siria: Análisis y reflexiones François Houtart; La economía de Rusia en la actual crisis José Luis Rodríguez; Gracias, Pep, por hacernos creer (Fútbol, políticas estéticas y educación)Henry D. Sampedro; Redescubriendo a Abraham Lincoln Notas acerca de la película "Lincoln" de Steven SpielbergMarino Canizales P.; "La Izquierda del Siglo XXI" - Aproximaciones críticas Marino Canizales P.

No. 37 septiembre de 2013

A propósito del Paro Nacional Agrario
Daniel Libreros Caicedo
La deplorable situación que actualmente vive el agro colombiano es el resultado de la historia del despojo campesino realizado de manera violenta por latifundistas asociados con el terror de Estado, que terminó por producir el agro con la mayor concentración de la tierra en la región, combinada, actualmente, con la crisis que el control de las grandes empresas transnacionales agrícolas ha abierto en los países dependientes bajo las imposiciones de la globalización neoliberal que en el país ya han llegado a la fase de la destrucción de la producción endógena de alimentos.
Por ello, el paro nacional agrario ha ganado una gran legitimidad en la población rural. En Boyacá y Cundinamarca, en donde reside el campesinado minifundista que produce la mayor cantidad de bienes de la canasta familiar básica de los colombianos, el paro ha impactado en municipios y veredas, incluyendo las ciudades capitales, tal y como lo confirmaron los cacerolazos masivos y solidarios en Tunja y Bogotá y sus poblaciones circunvecinas, caso Fusagasugá, Zipaquirá y Mosquera. Los campesinos del Páramo de Sumapaz bajaron en masa hasta la Localidad de Usme acompañando las movilizaciones nacionales. ...

No. 36 agosto de 2013

Las ambivalencias del Gobierno nacional frente a la ley 160 del 94
Carolina Jiménez M.
Las actuales disputas por la tierra no constituyen un elemento novedoso de la conflictividad en Colombia. Todo lo contrario, éstas han sido un eje importante de la lucha social en el país a través de la historia. En efecto, el tema del acceso a la tierra y su democratización por la vía de una reforma agraria ha ocupado buena parte de la agenda social a lo largo del siglo XX. No obstante, pese a las importantes luchas gestadas desde el movimiento campesino y otros sectores sociales populares, la inequidad en el acceso a la tierra sigue constituyéndose como una de las problemática centrales que se viven en el país, y que incluso bajo las actuales modalidades de organización empresarial del mundo de lo rural tienden a profundizarse.
En efecto, una lectura del comportamiento en la evolución de la estructura de propiedad de la tierra en Colombia de 1984 a 2004 evidencia un aumento en los niveles de concentración de la misma. ...

No. 35 julio de 2013

El Catatumbo o el incalculable valor de la dignidad campesina
Jairo Estrada Álvarez
La resistencia y lucha campesina de El Catatumbo es una prueba más de la validez de una acción política que privilegia la movilización y el despliegue del poder constituyente, en un país en el que el sistema político -tal como manda la maltrecha Constitución de 1991- en lugar de abrirse hacia la mayor democratización, restringe y cierra los espacios de participación social y popular. Resulta cuando menos paradójico que sean los propios campesinos quienes tengan que demandar del Estado el cumplimiento de sus leyes, que para ello deban recurrir a una de las más importantes movilizaciones en defensa de la territorialidad campesina de nuestra historia reciente, y que en ese cometido sean expuestos a las más virulenta y sangrienta represión de las fuerzas militares y de policía, amparadas seguramente en la impunidad del “blanco legítimo” que les ofrece el recién aprobado fuero militar.
El vigor y la dignidad campesina han impuesto el diálogo, sobreponiéndose al dolor que producen los caídos en la lucha y a los mezquinos consejeros gubernamentales que en desvergüenza sin límite osaron llevar su propio “pliego de peticiones” a la convulsionada región. Aún no se sabe en qué terminará el diálogo con un Gobierno mañoso que -en asuntos de contiendas- se caracteriza por menospreciar al contrincante. No la tendrá fácil. En este caso, su contraparte es un movimiento campesino liderado valerosamente por la Asociación Campesina del Catatumbo, Ascamcat, que reúne a decenas de miles de labriegos de ...

No. 34 junio de 2013

El régimen se despoja de su máscara
Jesús Gualdrón
Si alguien todavía abrigaba esperanzas respecto de la política exterior del Gobierno de Santos, los acontecimientos de las últimas semanas se han encargado de borrarlas por completo. En efecto, el ligero distanciamiento que había mostrado en relación con el estilo de su antecesor y antiguo mentor ha revertido en una renovada e inconfundible postura de sumisión a la política de los EE.UU. para América Latina y de reafirmación de las metas estratégicas del modelo neoliberal del bloque de poder.
No se habían apagado todavía los ecos de la visita del vicepresidente estadounidense, Joe Biden, a Colombia, cuando Santos se apresuraba a hacer manifiesta su verdadera postura frente al proceso venezolano. La entrevista con Capriles, cuya actitud conspiradora contra el gobierno legítimo de su país es inocultable, no es una muestra de torpeza política. En absoluto. Es una calculada jugada que pone de manifiesto la decisión de distanciarse de la táctica moderada hasta ahora practicada para dejar muy en claro en qué bando se inscribe el Gobierno colombiano: constituye la contribución de Santos a la desestabilización política de Venezuela. En realidad, no importa cómo se solucione el impase diplomático: hacia el futuro es claro cómo se jugarán las cartas.
Lo mismo es válido en el caso de la postura del Gobierno colombiano

No. 33 mayo de 2013

Más allá del Foro sobre participación política
Jaime Caycedo Turriago
El Foro sobre participación política, organizado por el Centro de Pensamiento de la Universidad Nacional y el PNUD por acuerdo de la Mesa de diálogo que sesiona en La Habana, reafirmó las tendencias ya insinuadas en el primer Foro sobre desarrollo rural: una importante participación de sectores sociales, académicos y políticos influidos por la izquierda y un relativo desinterés de los sectores más afines al establecimiento.
Debe destacarse la asistencia significativa de las fuerzas políticas, con o sin presencia parlamentaria, de los movimientos sociales y políticos y agrupamientos etnosociales. Los partidos liberal y conservador, el partido de la U, Cambio radical, los verdes, integrantes de la coalición de gobierno Unidad nacional, hicieron presencia en notable contraste con el llamado Centro democrático uribista que, como en el caso de Fedegan para el Foro agrario, se negó a participar en el evento. En evidente mayoría las colectividades políticas reconocieron la necesidad de reformas para ampliar los espacios políticos. Partidos minoritarios en el juego parlamentario expresaron sus temores por el umbral del 3%, a regir desde 2014, que amenaza su existencia.

No. 32 abril de 2013

¡A la carga!
Jesús Gualdrón
Ajenos a las auténticas necesidades del pueblo colombiano en materia de paz, democracia con justicia social y de avances reales en los diálogos de La Habana, los personeros del régimen airean ante la opinión sus intrascendentes e inicuas veleidades como si se tratara en verdad de profundas contradicciones, disimulando el propósito real de torpedear los diálogos de paz y sustraerles legitimidad y apoyo. Todo hace parte de los movimientos de apertura de la campaña para las elecciones de 2014, en las que la postura frente a la reelección de Santos se convierte en punto de referencia y alineación. Los jugadores buscan asegurar sus posiciones y despojar al proceso de diálogo de su trascendencia para que entre a hacer parte del inventario de recursos demagógicos de la politiquería.

N° 17, segundo semestre de 2012


Ideología y verdad: Repensando la relación Andrés F. Parra Ayala; Orden y organización: Reflexiones sobre el tránsito de los paradigmas en el pensamiento político y administrativo moderno y contemporáneo José Francisco Puello-socarrás; Olvido, ideología y memoria Alfredo Gómez Muller; Una nueva perspectiva de la educación ética Gerardo Andrade; Las alternativas actuales de la industrialización en América Latina José Luis Rodríguez; Anatomía del Kirchnerismo Claudio Katz; Marx comenta la Constitución de Cádiz de 1812 Ricardo Sánchez Ángel; Zibechi, Raúl (2012). Brasil potencia. Entre la integración regional y un nuevo imperialismo. Presentación del libro:Beatriz Stolowicz

No. 31 marzo de 2013

Arrecia la rebeldía popular:
Jorge Gantiva Silva
Ruge la protesta social en Colombia contra el modelo neoliberal. Amplios sectores sociales golpeados por las políticas de revaluación del peso, de importaciones de alimentos y la sustitución de la producción agrícola por la gran minería, vienen desplegando una justa y recia lucha en defensa de la dignidad, la vida y los territorios. Miles de campesinos, ciudadanos y pobladores han salido a las calles, carreteras y pueblos para levantar su voz y exigir soluciones integrales ante la grave situación de los caficultores. Las movilizaciones han sido amplias, solidarias y contundentes. Los puntos del pliego son justos: precio remunerativo del café, no a la minería en zonas cafetera, control de precios de los fertilizantes y de los abonos, solución de las deudas y de los embargos con la banca y no a la importación de café. El paro cafetero ha contado con una amplia simpatía nacional.
Entre tanto el gobierno del presidente Santos sigue empecinado ...

América Latina en disputa

América Latina en disputa
Reconfiguraciones del capitalismo y proyectos alternativos

Presentación
Jairo Estrada Álvarez


Desde finales de la década de 1990 se inició un ciclo de cambios en América Latina que habría de modificar de manera significativa el mapa político de la región. A la trayectoria histórica de la Revolución cubana, ejemplo de resistencia y dignidad, con todas sus vicisitudes, aciertos y desaciertos en el proceso de construcción de alternativas al capitalismo, se le agregaba la posibilidad de exploración de nuevos caminos que ampliaban el campo emancipacitorio de la región.

Independientemente del recorrido específico de las diferentes experiencias, se trató de variadas respuestas al proceso de neoliberalización y sus impactos sobre las condiciones de vida y de trabajo de la población latinoamericana, basadas en acumulados de resistencias y luchas del movimiento social y popular. Las valoraciones iniciales de los diferentes procesos indicaban que se estaba en presencia de un giro político en la región que cubría el amplio espectro que abarca desde la izquierda hasta la centroizquierda. Tal caracterización resultó -en buena medida- tanto del análisis del discurso y la retórica de los diferentes gobiernos, como de las definiciones y ejecutorias políticas de cada uno de ellos. Asimismo, de las consideraciones acerca de los efectos geopolíticos del ciclo de cambios sobre el poder imperialista estadounidense en la región, de la consecuente reivindicación de la soberanía nacional y de la adscripción de algunos de ellos a políticas de integración alternativa.

De acuerdo con esos criterios, en la experiencia suramericana se llegaron a identificar dos grupos de gobiernos. Venezuela, Bolivia y Ecuador han sido catalogados como gobiernos de izquierda; Brasil, Uruguay y, en cierta forma, Argentina, como gobiernos de centroizquierda. Al primer grupo también se le identifica con la expresión de gobiernos nacional-populares; al segundo, con el término de gobiernos progresistas.

Las trayectorias específicas de todos esos procesos indican, en la medida en que se han ido desenvolviendo, que cualquier esfuerzo de clasificación resulta incompleto y de la mayor complejidad y, sobre todo, que se está en presencia de proyectos político-económicos en disputa, no sólo en su interior, sino en el contexto general de la lucha de clases, sobre todo frente a las clases que en algunas de esas experiencias han visto amenazado su sistema de dominación y de privilegios.
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