No. 45 junio de 2014

FARC: Cincuenta años después
Jesús Gualdrón
Cinco décadas de accionar político-militar han posicionado a las FARC -EP como un actor insoslayable de la vida nacional. Y es innegable que su presencia ha sido determinante en los procesos políticos que han delineado los grandes conflictos de nuestra historia reciente. El grupo inicial de campesinos y colonos que comenzó a confrontar militarmente al establecimiento como consecuencia del ataque oficial a las zonas de autodefensa campesina de Marquetalia, Riochiquito, El Pato y Guayabero devino con el paso de los años en un ejército guerrillero con fuerte influencia entre la población rural especialmente, con un crecimiento sostenido de sus frentes y una impresionante capacidad para adecuarse a las cambiantes circunstancias de la guerra y asimilar, particularmente en el último periodo, fuertes golpes provenientes de las Fuerzas Armadas del Estado.
Pero más allá, el grupo guerrillero ha sabido mantener una consecuente línea política, cuyos ejes centrales giran alrededor de la lucha por profundas reformas políticas y socioeconómicas que, en su perspectiva, deberían conducir a la creación de un nuevo país sobre la base de una gran coalición de fuerzas independientes del establecimiento que recoja el descontento popular y viabilice su activa participación transformadora: una alternativa democrática al modelo excluyente y violento que se nos ha impuesto.
Ese enfoque explica las permanentes propuestas de negociación política de una salida del conflicto social y armado que se reproduce ...

No. 44 mayo de 2014

El Paro Agrario: La insurgencia de los de abajo
Jesús Gualdrón Sandoval
Mientras que la campaña por la reelección de Santos y la del uribismo, cuyo candidato de guiñol, Zuluaga, busca infructuosamente ocultar la mano del titiritero Uribe, compiten por demostrar que la una es más oscura y corrupta que la otra –con evidente desprecio por las verdaderas necesidades y aspiraciones del pueblo colombiano–, el movimiento de los campesinos en paro creció y se fortaleció con la presencia de nuevos contingentes a lo largo y ancho del país. En 120 000 se calcula el número de campesinos, indígenas, afrodescendientes, trabajadores y estudiantes que se movilizaron desde La Guajira hasta Nariño y desde Chocó hasta el Vichada en una demostración impactante de unidad y decisión de lucha, que contrastó con la actitud beligerante y represiva del Gobierno nacional y sus voceros, quienes no pudieron ocultar su arrogancia y su estupefacción ante la fuerza de un movimiento que encarna explícitamente el poder constituyente de los de abajo, tradicionalmente reprimido y acallado por la violencia oficial y la invisibilización mediática.
No tardaron los agentes del Gobierno y de las grupos económicos que sacan provecho del modelo agrario extractivista y de despojo que se ha venido implementando en el país en calificar al Paro y la movilización agraria como una acción política desestabilizadora, teniendo en cuenta el contexto electoral en el que ha tenido lugar. Se ha acusado al movimiento de tener “pretensiones políticas” y de ser instrumento de manipulación de los opositores del actual Gobierno. Con ello no ...

Programación del VIII Seminario internacional Marx vive


Sesión inaugural – Auditorio Virginia Gutiérrez de Pineda

Miércoles 14 de mayo


14.00 – 16.30 PANEL: Geopolítica imperial, gobiernos populares y proceso constituyente


La disputa por Nuestra América. Configuraciones geopolíticas, dominación imperial y alternativas populares

Nildo Domingos Ouriques

Profesor y Presidente del Instituto de Estudios Latinoamericanos

Universidad Federal de Santa Catarina, Florianópolis, Brasil


Razones estructurales del auge y declive de los gobiernos populares y progresistas

Jaime Osorio

Profesor del Posgrado en Estudios Latinoamericanos

Universidad Nacional Autónoma de México


Por un proceso constituyente alternativo al capitalismo

Víctor Manuel Moncayo

Profesor emérito, ex Rector Universidad Nacional de Colombia

No. 43 abril de 2014

Chigüiros vs. depredación capitalista: Un capítulo más de la destrucción global de la vida
Jesús Gualdrón
Una representativa encuesta realizada en Alemania en agosto de 2010 por el Instituto de Investigación de la Opinión Pública (emnid), en la cual se preguntaba quién deseaba seguir viviendo en el capitalismo, arrojó que el 88% de los ciudadanos alemanes respondió que deseaban un nuevo orden económico. En su opinión, el capitalismo no tendría entre sus preocupaciones asegurar la equidad social, la defensa del ambiente ni un uso adecuado de los recursos. De la misma manera se comporta una investigación de la Universidad de Jena, realizada en el otoño de 2010, según la cual el 45% de todos los entrevistados y el 52 % de los menores de 30 años apoyaban el siguiente enunciado: “El capitalismo conduce al mundo a su destrucción”. La autora se pregunta a renglón seguido si los padres realmente creen que a sus hijos les irá en el futuro mejor de lo que les ha ido a ellos mismos. “¿Quién confía todavía en que el capitalismo les posibilitará a las futuras generaciones una vida mejor?”. Y termina citando nada más ni nada menos que a Klaus Schwab, el cofundador y director del Foro Económico de Davos, el foro de la élite mundial: “Se puede decir de manera absoluta que el sistema capitalista en su forma actual no encaja en el mundo de hoy”. ¡Ni siquiera los capitalistas confían plenamente en su propio orden! ...

No. 42 marzo de 2014

La otra política: Cumbre de las clases subalternas del campo
Fernando Álvarez
Junto con el inicio de los diálogos de La Habana tendientes a solución política del conflicto social y armado y la realización del Paro Nacional Agrario del año pasado, la Cumbre Nacional Agraria Campesina, Étnica y Popular, del 15 al 17 de marzo, representa uno de los hechos políticos más significativos de las clases subalternas en su historia presente.
La Cumbre se ha constituido en lugar de encuentro de múltiples dinámicas constituyentes que, en medio de la movilización y la lucha, han sido gestadas por diversas expresiones organizadas del campo popular. Para el destino de las luchas del pueblo colombiano tiene un profundo significado que campesinos, indígenas, afrodescendientes y otros trabajadores de campo hayan tomado la decisión de avanzar en un proceso de unidad, el cual ha de conducir en primera instancia a la construcción de un pliego único, que unifique en los propósitos de confrontar el modelo económico neoliberal y de condensar las principales aspiraciones de los explotados y dominados del campo para su buen vivir. El pliego único será el instrumento que dotará al movimiento con las herramientas políticas necesarias para llevar a cabo el Paro Nacional, que las organizaciones convocantes de la Cumbre han anunciado para finales del mes de abril.

No. 41 febrero de 2014

Cerrar filas contra el Estado policivo
Fernando Álvarez
Las recientes escuchas de la inteligencia militar a integrantes de las delegación del Gobierno en los diálogos de La Habana han puesto una vez más en evidencia los límites de una política de seguridad que continúa inspirándose en las doctrinas del Pentágono y de las agencias de inteligencia estadounidense, diseñadas en los tiempos de la “guerra fría”. Se trata de las doctrinas de la “seguridad nacional” diseñadas para combatir el llamado enemigo interno, concebido éste a partir de toda expresión que pueda poner en cuestión el orden de dominación establecido. Por ello, tal doctrina se orienta en primera instancia a enfrentar a las fuerzas opositoras, así como a sus liderazgos políticos y sociales, a través de múltiples mecanismos que abarcan el amplio espectro que existe entre la guerra sicológica y las prácticas de guerra sucia; aplicadas todas ellas durante décadas de guerra contrainsurgente y de cierre autoritario del régimen político.
La lógica perversa de la inteligencia del Estado, además de haberse naturalizado y entrar a hacer parte de la cotidianidad del ejercicio abusivo del poder, no sólo se aplica a los agentes de sus propios inspiradores, sino que pretende justificarse como parte de un cuestionable orden de legalidad que hoy extiende sus tentáculos a la vida privada, aún en su cotidianidad. En nombre de la guerra contra el terrorismo asistimos, como quedó consignado en la Ley de inteligencia, a la normalización del Estado policivo en Colombia. ...

No. 40 diciembre de 2013

Mandela
Jesús Gualdrón
Nelson Mandela era ante todo un revolucionario. Un hombre que se guiaba por aquella convicción profundamente ética que resumió en su discurso de aceptación del Premio Nobel de Paz, el 10 de diciembre de 1993: “Entendemos este llamado, de que dediquemos lo que nos queda de vida al servicio de nuestro país, para demostrar en la práctica que la condición normal de la existencia humana es la democracia, la justicia, la paz, el no racismo, el no sexismo, la prosperidad para todos, un medio ambiente sano y la igualdad y solidaridad entre la gente”.
Al logro de ese propósito había dedicado su vida desde sus días de estudiante, y continuó haciéndolo luego como abogado y como dirigente del Congreso Nacional Africano (CNA). Pero también en la resistencia armada contra el régimen de segregación racial, el apartheid, que condenaba a su pueblo a la miseria y la esclavitud: junto con Oliver Tambo, Mandela perteneció al grupo de luchadores sudafricanos que en 1961 fundó el brazo armado del CNA, La lanza de la nación.
El 12 de junio de 1964, Mandela fue condenado a cadena perpetua. Su crimen: persistir en esa resistencia; en palabras de sus jueces: “El crimen del que los acusados han sido declarados culpables […] el de conspiración, es en esencia un crimen de alta traición”. Esta cita puede leerse en su hermoso y conmovedor libro autobiográfico ...

No. 39 noviembre de 2013

Zarpazos de la ultraderecha
Jesús Gualdrón
El ultraderechista Uribe Centro Democrático se presenta como ubicado en una dimensión del espectro político de la que está muy distante. Pretende, así, ocultar su esencia y confundir y manipular a la opinión pública para desviar la atención de las propuestas liberticidas y contrarias al interés nacional que constituyen la naturaleza del programa esbozado por su caudillo, Álvaro Uribe, en la convención de esa agrupación política recientemente realizada.
La denominación del partido, los antecedentes oscuros y las incidencias propias de un cónclave que tanta dudas deja sobre su transparencia patentan una de sus características esenciales: Se trata de una estructura autoritaria, vertical y mediatizada, en la que se impone el culto a la personalidad y la voluntad omnímoda del caudillo –a quien se confieren en la práctica atributos mesiánicos–, que pretende construir sobre la base de un desmedido fanatismo, del servilismo, el sometimiento de sus seguidores y el resultado de las encuestas de opinión un proyecto de país basado en los mismos presupuestos.
Por otra parte, salta a la vista que el pensamiento ...

No. 38 octubre de 2013

A propósito de la Alianza Verdes-Progresistas
Daniel Libreros Caicedo
Es típico en periodos en donde la resistencia de los oprimidos no produce resultados inmediatos, cuando el funcionamiento del capitalismo aparece como inmodificable y no se avizoran en el horizonte transformaciones en el status quo, que el oportunismo y el cinismo ingresen al campo de la llamada izquierda. El neoliberalismo surgió como resultado de la imposición de una correlación internacional de fuerzas a favor del capital y en contra de los trabajadores y los pueblos desde los inicios de la década del ochenta. Desde ese momento hemos presenciado un desfile de personajes y partidos que proclamándose de izquierda han sido fieles ejecutores de las políticas neoliberales. La socialdemocracia europea y el Partido de los Trabajadores del Brasil constituyen ejemplos emblemáticos de esta apuesta política.
En Colombia venimos observando un espectáculo político con propósitos similares. La unificación tan divulgada por los medios de comunicación entre Progresistas y Verdes con propósitos exclusivamente electorales hace parte de un repertorio ya conocido. Aparecer como una tercería consentida por el establecimiento en medio de las contradicciones entre el uribismo y Santos para ganar adeptos a una causa controlada por liderazgos que solamente buscan beneficios personales.