No. 37 septiembre de 2013
A propósito del Paro Nacional Agrario
Daniel Libreros Caicedo
La deplorable situación que actualmente vive el agro colombiano es el resultado de la historia del despojo campesino realizado de manera violenta por latifundistas asociados con el terror de Estado, que terminó por producir el agro con la mayor concentración de la tierra en la región, combinada, actualmente, con la crisis que el control de las grandes empresas transnacionales agrícolas ha abierto en los países dependientes bajo las imposiciones de la globalización neoliberal que en el país ya han llegado a la fase de la destrucción de la producción endógena de alimentos.
Por ello, el paro nacional agrario ha ganado una gran legitimidad en la población rural. En Boyacá y Cundinamarca, en donde reside el campesinado minifundista que produce la mayor cantidad de bienes de la canasta familiar básica de los colombianos, el paro ha impactado en municipios y veredas, incluyendo las ciudades capitales, tal y como lo confirmaron los cacerolazos masivos y solidarios en Tunja y Bogotá y sus poblaciones circunvecinas, caso Fusagasugá, Zipaquirá y Mosquera. Los campesinos del Páramo de Sumapaz bajaron en masa hasta la Localidad de Usme acompañando las movilizaciones nacionales. ...
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